Introducción al arte operacional (I)

Planos estratégico, táctico y operacional

Dentro de la teoría militar, los grandes campos de estudio históricamente han sido la estrategia y la táctica. Estos dos conceptos tratan de diferenciar dos elementos compartidos y complementarios entre sí dentro del campo de batalla, el nivel estratégico y el nivel táctico y que se refieren en esencia a la planificación de los conflictos armados. En ocasiones estos términos dan lugar a confusión y muchas veces nosotros mismos los aplicamos en nuestro día a día, ¿pero están bien utilizados?

Como todo, estos conceptos tanto en el plano teórico como en el práctico han sufrido evoluciones. Ambos tienen una serie de objetivos a alcanzar y, por ende, unos métodos para su consecución.

La estrategia busca un objetivo final, determinante y decisivo. Entendiendo la guerra como la entiende Carl Von Clausewitz[1], cuyos conocimientos en ciencia militar quedaron plasmados en su libro De la Guerra, «la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Es decir, la guerra busca un objetivo político de extrema necesidad o de carácter vital para un estado y es en estos términos donde opera la estrategia militar. La estrategia respondería a todas esas acciones que llevan a un estado o a un mando en guerra a planificar, diseñar métodos y capacidades que le permitan obtener esos resultados. Suele ser un plano transversal en el que operan de manera conjunta varios elementos como la sociedad, la economía, la política y por supuesto el militar.

 

 

Mientras tanto, la táctica es el desempeño militar de las unidades en el cambo de batalla. Se trata de un plano inferior que de cuyo éxito depende el éxito estratégico, pero no lo determina (con esto en mente veremos cómo ha ido evolucionando la sinergia entre estos dos planos). En este plano es clara la observancia de las victorias y las derrotas y donde una concatenación de estas en un sentido u otro determina la victoria o derrota estratégica, es decir, ganar o perder una guerra.

Antiguamente, una batalla determinaba una guerra, en este sentido, la táctica y la estrategia eran hasta cierto punto una misma entidad, con el progreso económico, el desarrollo industrial y la extensión del conflicto a mayores territorios involucrando a más personas, consecuentemente implicó la extensión del conflicto en tiempo y espacio haciendo que estos dos planos se diferenciasen más. Podríamos simplificarlo en que la estrategia se refiere a la guerra y la táctica a la batalla.

Como hemos señalado, la extensión de los conflictos creaba una brecha entre un plano y otro, pues ya la guerra no se reducía a una batalla o serie de batallas, sino a campañas enteras que había que sostener en el tiempo y el espacio, pero que a su vez eran diferenciadas de otras en un mismo conflicto, por lo que de alguna manera había que conectar ambos planos y es por lo que se define un nuevo nivel militar sumado a estos dos ya clásicos. Surge de esta manera el plano operacional[2] y al igual que las batallas o plano táctico, una guerra se compondría de varias campañas que a su vez encerraría varias batallas y el éxito en estas batallas determinaría el éxito de estas campañas cuyos éxitos podría decidir la balanza en el plano estratégico y decidir de esta manera la guerra.

El plano operacional pretende dilucidar las líneas gruesas que expresa la estrategia y darles un sentido práctico. Se trata de traducir el objetivo estratégico en una serie de acciones conjuntas donde entraría el juego el nivel táctico, diseñando, planificando y dirigiendo todas las acciones militares que serían necesarias para conseguir ese objetivo. Sin embargo, el plano operacional se caracteriza por el dinamismo que ofrecen los factores operacionales que son, el terreno, el espacio y la fuerza propia.

El estudio y el análisis de estos factores permiten a los líderes operacionales planificar campañas, estableciendo objetivos de carácter operacional. Todo ello determina cómo se va dirigir una campaña militar dotándola de apoyos en forma de inteligencia, logística y reservas con el fin de alcanzarlos. Surge de esta manera el concepto de Mando y Control (Command and Control) que es el órgano encargado de las tareas orientadas a la conducción de las operaciones, dotando de herramientas y medios al plano táctico teniendo siempre como guía el plano estratégico.

Una vez introducido el plano operacional, si la estrategia se refiere a planificación militar y la táctica a desempeño militar, la operación se refiere a conducción militar y es este el punto de partida donde comenzar a entender este concepto y como muchos lo describen, como un auténtico arte, pues con base en un ejercicio de interpretación de las consignas estratégicas se crean diseños y planeamientos que ningún otro ámbito humano es capaz de concebir en cuanto a dimensiones e intensidad.

 

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[1] Carl Von Clausewitz (1780-1831) militar y pensador prusiano y principal teórico de la ciencia militar moderna.

[2] El concepto aparece descrito como tal por primera vez por militares y teóricos soviéticos durante los años 20 para explicar como se conectan los objetivos estratégicos con los éxitos tácticos en las operaciones militares.

 

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